sábado, 15 de noviembre de 2014

Ausencia 0



Espero en el banco en el que los dos pensamos sentarnos y nunca lo hicimos. También espero en los lugares donde un día soñábamos estar y ninguno estuvo. Ya es tarde, y a empezado a llover.


Soy el pero de tu frase sin acabar y espero que te des cuenta. Soy ausencia. Soy la palabra que los dos temíamos pronunciar y ninguno de los dos lo hizo.
Y espero que seas tú quien lo haga.
 Otro día.
No hoy.
Espera.
Asiente.

El día que te sientes en el banco, que pases por este sitio.
Que acabes la frase. Que pronuncies la palabra.

 

Ese día, joder, ese día habrá valido la pena esperar.

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