domingo, 23 de noviembre de 2014

Punto.




Nose como decirte que ya no voy a decirte nada. Tampoco sé si decírtelo a ti o repetírmelo a mi.
Otra vez.
Hasta que uno de los dos se de cuenta y ponga el punto y final.
Estava segura de que lo harías tú.
Pero no lo haces.
Deberíamos bebernos la gota antes de que caiga al vaso y lo colme.
O lo que nos venga.
Y llegar a casa con la tranquilidad de que, porfin, podremos hacer la cama, sin la alegría de que tengamos que deshacerla. Juntos, por suepuesto.
Y bueno, puestos a ver.
Vale.
Admito que todavía me giro cuando noto tu sonrisa subliminal. No se que te parece tan gracioso, pero me has echo sonreir a mi.
Para ya.

Hazlo de una vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario